“Querido…
No sé por dónde empezar. Tal vez porque las palabras siempre se quedan cortas cuando intento explicarte lo que significas para mí. Hoy me siento dividida: una parte de mí quiere abrazarte y no soltarte jamás, mientras la otra entiende que ha llegado el momento de decirte adiós.
Este adiós no es una señal de que te amo menos. De hecho, te amo tanto que me duele en cada rincón de mi ser. Pero también he aprendido que a veces el amor no basta para sanar lo que se rompió, para alinear caminos que se bifurcaron o para llenar vacíos que nadie más que uno mismo puede llenar.
Decirte adiós, hoy es un acto de amor hacia ti, pero sobre todo hacia mí. Es reconocer que, aunque te amo con todo mi corazón, merezco un amor que no solo me acompañe, sino que también me sostenga. Merezco un amor que no duela tanto y que no me haga perderme a mí misma en el intento de encontrarlo.
No voy a negar que esto duele. Duele como nunca pensé que algo pudiera doler. Porque me despido de los sueños que construimos juntos, de las risas que compartimos y de los momentos en los que sentí que éramos invencibles. Pero también me despido de las lágrimas que derramé en soledad, de las palabras que nunca me dijiste y de las veces que me sentí pequeña intentando alcanzarte.
Te amo, y por eso te dejo ir. Porque quiero que encuentres aquello que tu corazón necesita, aunque no sea a mi lado. Y quiero darme la oportunidad de sanar, de reconstruirme, de redescubrir quién soy sin ti.
Hoy elijo despedirme, no con reproches ni con rencores, sino con gratitud. Gracias por los momentos hermosos que vivimos, por enseñarme a amar y por mostrarme lo que soy capaz de dar cuando creo en alguien. Aunque este adiós sea definitivo, siempre guardaré en mi corazón lo mejor de lo que fuimos.
Te deseo luz, paz y todo lo bueno que la vida tenga para ofrecerte.
Con todo lo que me duele y con todo lo que te amo”
Cerrar un capítulo en una relación que amas es uno de los actos más valientes que puedes hacer. En este artículo, exploraremos el proceso de despedirnos de una relación que ya no se sostiene, aunque sigamos amando a la otra persona.
Hablaremos sobre cómo enfrentar esta decisión, profundizaremos en sus implicaciones emocionales y compartiremos herramientas prácticas para transitar el duelo amoroso con dignidad y fortaleza.
Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso en quién confías dos veces. - Gabriel García Márquez.
Hoy decido decirte adiós, con todo lo que me duele
Decir adiós nunca es sencillo, especialmente cuando el corazón sigue aferrado a los recuerdos de lo que fue. Es desgarrador aceptar que no importa cuánto amor pongas en una relación, no puedes sostenerla sola. Muchas veces nos quedamos en un lugar por miedo a la soledad, con la esperanza de que algo cambie, o porque el apego nos impide soltar. Pero llega un punto donde la inacción del otro pesa más que nuestro amor.
En las relaciones, ambas partes deben invertir tiempo, energía y compromiso. Cuando uno de los dos deja de hacerlo, la balanza se desequilibra y el peso recae en quien aún intenta sostenerlo todo. Imagínalo como un puente colgante donde ambos deben tensar las cuerdas para que el otro no caiga. Si solo uno hace el esfuerzo, tarde o temprano, el puente colapsará.
El duelo de una relación no es una derrota; es un acto de amor propio. Es reconocer que mereces algo más que ausencias y promesas vacías.
Cuando alguien se va, es porque otro está por llegar - Paulo Coelho.
Con todo lo que te amo
Amar no siempre es suficiente. Las relaciones requieren dedicación mutua, compromiso y ganas de crecer juntos. Pero, ¿qué pasa cuando solo uno está dispuesto a caminar el camino? Puede ser desgarrador amarte tanto y a la vez entender que debo dejarte ir.
Esto ocurre cuando la pareja, con el tiempo, deja de priorizarse. Uno de los dos intenta mantener la chispa viva, planea citas, busca tiempo para hablar y compartir, mientras el otro se sumerge en la rutina, los silencios y la indiferencia. Esta desconexión, aunque sutil, duele profundamente.
Aceptar que el amor sigue vivo, pero no es suficiente para sostener la relación es un duelo en sí mismo. Es comprender que la versión actual de esa persona, o de esa relación, ya no es compatible con tu bienestar emocional y crecimiento personal.
Estrategias para iniciar el proceso de duelo amoroso
El duelo amoroso es un proceso, no una meta. Es un camino lleno de altibajos, pero también de aprendizajes profundos. Para enfrentarlo, es importante tener estrategias que te ayuden a gestionar tus emociones y a reconstruir tu vida.
Permítete sentir y aceptar el dolor
Negar el dolor solo lo prolonga. Es fundamental aceptar lo que sientes: tristeza, enojo, miedo. Estas emociones son normales y forman parte del proceso de sanar. Reprimirlas puede llevar a que se manifiesten de formas más dañinas, como ansiedad, insomnio o estallidos emocionales.
Para iniciar este paso, puedes utilizar herramientas como:
Dedica 10 minutos diarios para escribir cómo te sientes. No te preocupes por la gramática ni la coherencia; simplemente deja que las palabras fluyan.
Busca meditaciones enfocadas en soltar relaciones o sanar el corazón roto. Esto te ayudará a conectar con tus emociones sin juzgarlas.
Puede sonar extraño, pero verbalizar tus emociones te ayuda a procesarlas mejor.
Aquello que no nos mata, nos hace más fuertes - Friedrich Nietzsche
Rodéate de apoyo emocional
El duelo no tiene que ser en soledad. Hablar con amigos cercanos, familiares o un terapeuta puede ser de gran ayuda. A veces, escuchar perspectivas externas te permite ver la situación desde otro ángulo y aliviar la carga emocional.
Haz una lista de personas con quienes te sientes cómodo compartiendo tus emociones.
Considera unirte a grupos de apoyo o comunidades (te invitamos a nuestras sesiones grupales) donde puedas compartir tu experiencia y escuchar otras historias.
Busca recursos online, como cursos o talleres, que te ayuden a entender mejor tu proceso. (te recomendamos nuestro programa para un corazón roto)
Reconecta contigo misma
Cuando estás en una relación, es fácil perder partes de ti misma. Este es el momento de recuperar tu identidad, descubrir nuevas pasiones y cuidar de ti. La soledad puede ser una gran maestra si decides escucharla.
Inscríbete en un curso o taller que siempre quisiste hacer.
Dedica tiempo a actividades que te llenen de energía, como bailar, pintar o practicar yoga.
Establece metas personales a corto y mediano plazo, como leer un libro al mes o aprender una nueva habilidad.
Herramientas para iniciar el proceso de duelo amoroso
Además de las estrategias, aquí tienes herramientas específicas para empezar a sanar:
Crea una caja donde guardes objetos que te recuerden a esa persona. Escribe una carta de despedida y colócala en la caja. Luego, decídete a guardarla en un lugar apartado o, si lo prefieres, deshazte de ella como un acto simbólico de cierre.
Dibuja un mapa mental con dos secciones: “Lo que agradezco” y “Lo que aprendí”. Esto te ayudará a enfocarte en lo positivo que quedó de la relación y a darle sentido al dolor.
Diseña un ritual personal que simbolice el fin de la relación. Puede ser encender una vela, escribir una carta y quemarla, o visitar un lugar especial donde puedas reflexionar y decir adiós.
Decidir decir adiós a quien amas es un acto de valentía, no de debilidad. Es un recordatorio de que mereces una relación donde ambos construyan y se elijan mutuamente cada día. Si estás en este proceso, permítete sentir, busca apoyo y reconecta contigo misma.
Al despedirte de alguien, también te das la oportunidad de darte la bienvenida a una versión más fuerte, sabia y llena de amor propio. Recuerda, soltar no es el fin. Es el principio de algo nuevo y maravilloso que está por venir. Tú mereces todo el amor que está por llegar.
Si estás atravesando una ruptura amorosa, te entendemos. Sé que el dolor puede ser abrumador, pero también sabemos que puedes superarlo. Por eso, te invitamos a conocer nuestro PROGRAMA PARA UN CORAZÓN ROTO. En este programa, aprenderás a sanar desde adentro, a reconstruirte y a prepararte para el amor que realmente mereces. Este es tu momento de decir: “Merezco más, y lo voy a lograr.”
Porque sí, aceptar que alguien no es para ti puede ser el final de una historia, pero también es el comienzo de una nueva etapa llena de posibilidades.
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*Los contenidos del Club de la Tusa redactan solo para fines informativos y educativos. No sustituyen el diagnóstico, el consejo o el tratamiento de un profesional. Ante cualquier duda, es recomendable la consulta con un especialista de confianza. Fotografía: Pinterest
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